"Una rueda para vivir". "Vivo frente a la estación". El teléfono móvil sobre la
mesa, grabando conversaciones que responden al color y la forma, a la plaza "donde me llevan al café", los palos del muelle, la ermita del Rocío, "yo voy
todos los días, salgo del bar y paso por allí".
Las ruedas de Paca hablan de Huelva, y recita otra vez, "el azul de su cielo y de su mar", ha pasado una semana de la sesión, Rocío sigue desconcertada, esboza con trazo grueso y pincel la torre de la Iglesia, y vuelve a recordar que no ha ido a la escuela, pero sitúa la plaza, el paseo de ayer, y otra vez la Iglesia, en el mismo lugar y en el mismo sitio que ocupa en su vida.
José llena de verde la calle, pasea diariamente, no repara, desconocido habitual del espacio que habita. Cuando algo nos pertenece no aprendemos a mirarlo, yo tampoco.
Las ruedas de Paca hablan de Huelva, y recita otra vez, "el azul de su cielo y de su mar", ha pasado una semana de la sesión, Rocío sigue desconcertada, esboza con trazo grueso y pincel la torre de la Iglesia, y vuelve a recordar que no ha ido a la escuela, pero sitúa la plaza, el paseo de ayer, y otra vez la Iglesia, en el mismo lugar y en el mismo sitio que ocupa en su vida.
José llena de verde la calle, pasea diariamente, no repara, desconocido habitual del espacio que habita. Cuando algo nos pertenece no aprendemos a mirarlo, yo tampoco.
Ruedas y lugares, acuarela, leve y ligera. Hace sesiones que Zapatito no se
retiraba de la producción para encontrar el hacer, y repite, "yo paso todos los
días por allí, está al lado de mi casa".
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